Solas en estas calles de perdidas metáforas
porque la belleza ocupó totalmente nuestro corazón. La nobleza
puso su pluma rara de halcón
en nuestra frente.
En una patria de canallas, de bocas errantes en salones reservados
fuimos los mejores
generosos hasta el suplicio
rencorosos de dignidad lastimados
atravesando las avenidas el pavimento se hundía
bajo el peso del Elefante Blanco de una generación que pidió más
allá de su muerte,
que tocó su armónica más allá de los sótanos
no quiso las costras del poder sobre su piel sin enaguas
no cambió sus sueños por una botella de champagne
Fuimos los mejores porque la belleza ocupó totalmente nuestro
corazón
¿La derrota era ese mirarnos los unos a los otros como apuñalados?
tristes azules las bocas y preguntas o perros mutilados en las
playas del invierno
¿lloré por ti cuando caías?
yo no lloraba cuando caías
no respiraba con los párpados quemados
no sonreía en las fotos
no construía los altos peces del cielo
pero de la agitación de esos días en el vacío, recito sus
estremecimientos.
La belleza nos retuvo en su vientre como a un niño no nacido.
Como algo no acabado estuvimos en el mundo.
Como alguien que no tiene párpados estuvimos insomnes en pasillos
que nadan en círculos.
Y como alguien que no tiene cuerpo estuvimos en Hoteles donde
nadie nos besaba
pero fuimos los mejores
porque la belleza ocupó totalmente nuestro corazón.
Del libro Tangos del Orfelinato, Tangos del Asesinato.
Leonor García Hernando (1995-2001): Integró el Taller Mario de Lellis y la Revista Mascaró. Publico: Mudanzas (1974), Negras ropas de mujer (1987), La enagua cuelga de un clavo en la pared (1994), Tangos del Orfelinato / Tangos del Asesinato (1999) y El cansancio de los materiales (2001). Sobre su obra se enrosca y duerme el perro del silencio.
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