Ediciones Bella Sombra se construye sobre experiencias de lectura, sobre sensaciones diversas y sobre algo tan falible o tan certero como la intuición.
¿Es lo mismo leer en la pantalla que leer sobre el papel? ¿Existen textos que se leen mejor en uno u otro formato? ¿El medio es el…?
Hay, nos preguntamos, algo que iguale la sensualidad del murmullo de las hojas al correr, mezclado con la inaudible voz de los personajes, ese diálogo anhelante que corre por las páginas como un arroyo de serpientes.
Un libro viejo y cansado, con hojas amarillentas de bordes ligeramente más oscuros, ¿nos habla igual de Bolaños que del Dante?, ¿Conviene el verde pastel a los Paseos con Robert Walser, el negro al policial duro, el naranja a una colección de poemas?
Pero claro, ¿todo se agota allí? ¿una editorial debe parecerse a un hotel boutique? Y, por otro lado, ¿no son muy leíbles los libros con tapas que apenas dicen, en hojas que raspan la mano, que dejan en el tacto una huella de la dureza del camino del autor hasta llegar a la edición?
Y dentro ¿Qué ponemos dentro? ¿Palabras al azar o palabras azarosas? ¿Editamos o imprimimos? ¿Buscamos, descubrimos o copiamos?
Y no sólo palabras ¿qué imágenes contemporáneas habitarán nuestras publicaciones de arte? ¿qué formas nos reclamarán?
Así nacemos, llenos de preguntas, ansiosos por respuestas, con algunos Puntos Luminosos en el mapa de la desolación: no vamos a publicar de cualquier manera, no vamos a cerrar las puertas a alguien que cree en su escritura.
Vamos también a buscar hacia atrás, en el fondo de los baúles de la memoria de la literatura, sin rescatar a nadie, sólo buscando su compañía, haciendo que su voz, de nuevo, nos guíe, hoy, bastantes años después.

miércoles, 31 de agosto de 2011

LUIS EDUARDO ALONSO - Poemas

I

hay fotos de unas velas hinchadas de sueño en el mar de ese diario
imágenes donde la angustia del horizonte era más fuerte que nuestra juventud
fotos sin ninguna desesperación
pero hay fotos donde no hacían mención si nos mataban o estábamos heridos
retratos de hombres serios como una espada, de los días aciagos
Los muchachos insultan ese rostro pero al fin terminan riendo entre los pájaros
se marchan internándose en un horizonte que los oculta y olvida
sólo yo continúo mirando la foto del dictador
miro lentamente y vuelve
a temblarme la mano con que he escrito su nombre en los muros.


II


ahora que estoy dormido y me has tocado el corazón para saber
                                                                                          si aún vivo
te siento como Malena más buena que yo
y repito que cruzar el riachuelo en bote no fue una hazaña
                                                                  aquella vez
sino un símbolo de amor como tu mano apretándome ahora
como aquellos caballos abrazados que vi cuando partían en busca
                                        de oro
para volver pobre como Juan de Garay con estos versos que
                      decían te amé como se aman los caballos
aunque debí escribirlo en otro poema por dar belleza a este
                                        paisaje que odio
perdón por el mundo
por simular estar dormido para que no quites la mano del corazón.

Luis Eduardo Alonso: (1951-2002). Publicó: Canto a dos lágrimas ante el invasor (Ediciones Taller Mario Jorge de Lellis, 1975); La mar (Ediciones la lámpara errante): Las indias (Colección Mascaró, 1985); Sudestada (Colección Mascaró, 1999) y la obra de teatro La tierra sin mal, estrenada en Bs. As. en 1984. Fue doctor en Física, Química y Matemáticas.



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