Ediciones Bella Sombra se construye sobre experiencias de lectura, sobre sensaciones diversas y sobre algo tan falible o tan certero como la intuición.
¿Es lo mismo leer en la pantalla que leer sobre el papel? ¿Existen textos que se leen mejor en uno u otro formato? ¿El medio es el…?
Hay, nos preguntamos, algo que iguale la sensualidad del murmullo de las hojas al correr, mezclado con la inaudible voz de los personajes, ese diálogo anhelante que corre por las páginas como un arroyo de serpientes.
Un libro viejo y cansado, con hojas amarillentas de bordes ligeramente más oscuros, ¿nos habla igual de Bolaños que del Dante?, ¿Conviene el verde pastel a los Paseos con Robert Walser, el negro al policial duro, el naranja a una colección de poemas?
Pero claro, ¿todo se agota allí? ¿una editorial debe parecerse a un hotel boutique? Y, por otro lado, ¿no son muy leíbles los libros con tapas que apenas dicen, en hojas que raspan la mano, que dejan en el tacto una huella de la dureza del camino del autor hasta llegar a la edición?
Y dentro ¿Qué ponemos dentro? ¿Palabras al azar o palabras azarosas? ¿Editamos o imprimimos? ¿Buscamos, descubrimos o copiamos?
Y no sólo palabras ¿qué imágenes contemporáneas habitarán nuestras publicaciones de arte? ¿qué formas nos reclamarán?
Así nacemos, llenos de preguntas, ansiosos por respuestas, con algunos Puntos Luminosos en el mapa de la desolación: no vamos a publicar de cualquier manera, no vamos a cerrar las puertas a alguien que cree en su escritura.
Vamos también a buscar hacia atrás, en el fondo de los baúles de la memoria de la literatura, sin rescatar a nadie, sólo buscando su compañía, haciendo que su voz, de nuevo, nos guíe, hoy, bastantes años después.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Apenas un fragmento de poema - Leonor García Hernando

Solas en estas calles de perdidas metáforas
porque la belleza ocupó totalmente nuestro corazón. La nobleza
                                                         puso su pluma rara de halcón
en nuestra frente.
En una patria de canallas, de bocas errantes en salones reservados
fuimos los mejores
generosos hasta el suplicio
rencorosos de dignidad           lastimados
atravesando las avenidas       el pavimento se hundía
bajo el peso del Elefante Blanco de una generación que pidió más
                                                                               allá de su muerte,
que tocó su armónica más allá de los sótanos
no quiso las costras del poder sobre su piel sin enaguas
no cambió sus sueños por una botella de champagne

Fuimos los mejores porque la belleza ocupó totalmente nuestro
                                                                                           corazón

¿La derrota era ese mirarnos los unos a los otros como apuñalados?
tristes       azules las bocas         y preguntas o perros mutilados en las
                                                                                    playas del invierno

                                       ¿lloré por ti cuando caías?

yo no lloraba cuando caías
no respiraba con los párpados quemados
no sonreía en las fotos
no construía los altos peces del cielo
pero de la agitación de esos días en el vacío, recito sus
                                                             estremecimientos.
La belleza nos retuvo en su vientre como a un niño no nacido.
Como algo no acabado estuvimos en el mundo.
Como alguien que no tiene párpados estuvimos insomnes en pasillos
                                                                             que nadan en círculos.
Y como alguien que no tiene cuerpo estuvimos en Hoteles donde
                                                                                    nadie nos besaba
pero fuimos los mejores
porque la belleza ocupó totalmente nuestro corazón.

Del libro Tangos del Orfelinato, Tangos del Asesinato.

Leonor García Hernando (1995-2001): Integró el Taller Mario de Lellis y la Revista Mascaró. Publico: Mudanzas (1974), Negras ropas de mujer (1987), La enagua cuelga de un clavo en la pared (1994), Tangos del Orfelinato / Tangos del Asesinato (1999) y El cansancio de los materiales (2001). Sobre su obra se enrosca y duerme el perro del silencio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario