Ediciones Bella Sombra se construye sobre experiencias de lectura, sobre sensaciones diversas y sobre algo tan falible o tan certero como la intuición.
¿Es lo mismo leer en la pantalla que leer sobre el papel? ¿Existen textos que se leen mejor en uno u otro formato? ¿El medio es el…?
Hay, nos preguntamos, algo que iguale la sensualidad del murmullo de las hojas al correr, mezclado con la inaudible voz de los personajes, ese diálogo anhelante que corre por las páginas como un arroyo de serpientes.
Un libro viejo y cansado, con hojas amarillentas de bordes ligeramente más oscuros, ¿nos habla igual de Bolaños que del Dante?, ¿Conviene el verde pastel a los Paseos con Robert Walser, el negro al policial duro, el naranja a una colección de poemas?
Pero claro, ¿todo se agota allí? ¿una editorial debe parecerse a un hotel boutique? Y, por otro lado, ¿no son muy leíbles los libros con tapas que apenas dicen, en hojas que raspan la mano, que dejan en el tacto una huella de la dureza del camino del autor hasta llegar a la edición?
Y dentro ¿Qué ponemos dentro? ¿Palabras al azar o palabras azarosas? ¿Editamos o imprimimos? ¿Buscamos, descubrimos o copiamos?
Y no sólo palabras ¿qué imágenes contemporáneas habitarán nuestras publicaciones de arte? ¿qué formas nos reclamarán?
Así nacemos, llenos de preguntas, ansiosos por respuestas, con algunos Puntos Luminosos en el mapa de la desolación: no vamos a publicar de cualquier manera, no vamos a cerrar las puertas a alguien que cree en su escritura.
Vamos también a buscar hacia atrás, en el fondo de los baúles de la memoria de la literatura, sin rescatar a nadie, sólo buscando su compañía, haciendo que su voz, de nuevo, nos guíe, hoy, bastantes años después.

martes, 4 de octubre de 2011

POEMAS VISUALES - Hilda Paz, Claudio Mangifesta

“La poesía visual no es dibujo, ni pintura, es un servicio a la comunicación.”

Joan Brossa


Dos libros se encuentran, se tocan, conviven, allí donde se extinguen.
Cuando lo habitual de un libro es que al terminar nos proponga el descanso, el vacío, la reflexión, aquí surge algo nuevo que nos incomoda. Porque al terminar de ¿leer? uno de ellos no nos encontramos ni con el final de la experiencia ni con el comienzo del otro, con la velada imposición de seguir leyendo como si nada hubiera sucedido. No, aquí al terminar se produce un instante de incerteza ¿puedo continuar con mi acción de lectura? ¿debo hacerlo? o ¿debo abandonar aquí y recomenzar luego?.  Preguntas que cada lector sabrá responderse. Pero de una u otra forma empezar a leer “el otro” nos obligará a efectuar un movimiento, a voltear en dos sentidos el ejemplar, moverlo y movernos. Como en un poema de Gelman cuyo nombre no recuerdo. Hay esto y la presencia del otro, inocultable, allí donde uno concluye. El otro: libro, lector, están directamente aludidos y  contemplados en el libro, los libros.
Y ahora comencemos entonces por alguno, pero digamos antes que es uno de los más bellos libros editados por Tiempo Sur, apaisado, con hermosas tapas y un diseño cuidadoso que reserva el necesario espacio en blanco (o negro, o color) para que las poesías, no se agolpen unas sobre otras interfiriendo la lectura.

Sí, como dice Juan Carlos Romero en el prólogo de ambos libros, la poesía visual es la subversión de la letra primero y luego de la palabra, dispongámonos también a leer subversivamente la presencia de letras y palabras en La pregunta, de Hilda Paz.
 Sobre una foto de su estudio, con una alta escalera abierta (A)i, manchada de pintura, en primer plano, se sobreimprime la pregunta ¿qué se me ha perdido acá? Quiero poner el acento, no en lo obvio, sino en lo aludido. Sobre la pared verde del fondo aparecen, como pintadas en negro, las sombras de cuatro ménsulas que dibujan la letra (P)ii, una de ellas casi oculta por el texto impreso. Un busto anónimo, posiblemente una cabeza de yeso, mira directamente a través de las patas abiertas de la escalera. ¿Mira a quien mire la obra? ¿Mira buscando la letra ausente, la que se ha perdido, la que complete una palabra subvertida escrita en el aire desde la pared hacia nosotros? Restos indescifrables. Otras ménsulas, sin estantes, a la izquierda de la cabeza mencionan un acontecer, algo inconcluso. O algo que no acabará nunca de ocurrir. La Paz ¿habrá perdido la Z que como hélice gira, ya sola, libre, fuera de la foto, levantando una brisa de nostalgia que nos da en el rostro y nos despeina dulcemente? ¿Habrá perdido la paz la Paz, en un momento de  refacciones edilicias? ¿O hay allí sugerido otro vacío, algo que acude a un linaje y, sin saberlo, lo rescata?

Evidencias es un poema conmovedor, un homenaje al gran poeta César Vallejo, resuelto con una simplicidad abrumadora. Una de las palabras más fuertemente simbólicas en la poesía de Vallejo es cuchara: Registrándole, muerto, sorprendiéronle / en su cuerpo un gran cuerpo, para / el alma del mundo, / y en la chaqueta una cuchara muerta (Pedro Rojas, de España, aparta de mi este cáliz, escrito en 1937 y publicado después de su muerte); Hay alguien que ha bebido mucho, y se burla, / y acerca y aleja de nosotros, como negra cuchara / de amarga esencia humana, (La cena miserable, también de España…); En los labios del padre cupo, para salir rompiéndose, una fina cuchara que conozco.(Lánguidamente su licor, de Poemas en Prosa, una serie de poemas escritos de 1923 a 1929, publicados en algunas ediciones de Poemas Humanos); El compañero de prisión comía el trigo/ de las lomas, con mi propia cuchara,/ cuando, a la mesa de mis pares, niño, / me quedaba dormido masticando.(Poema LVIII, de Trilce). Como otras concavidades (los zapatos,  el útero) la cuchara, en Vallejo, es una metáfora ambigua: el hambre y el alimento, la solidaridad, la vida y el ataúd y la tumba, esas concavidades finales a la que regresamos. 
Y en Evidencias, el homenaje de Hilda Paz al poeta, esa cuchara está rota, y está separado lo cóncavo (lo femenino) del mango (lo masculino) proponiéndonos acercamientos, alumbramientos. Vallejo revisitado en sus aspectos más vitales, más importantes, en su poesía de ruptura.
Trabajos que invitan a ser vistos, estimulan una lectura-otra con fuerte acento en lo poético, de la palabra (Andan las sombras / inflamadas por la luz / que sostiene la memoria.  De Sombra de luz) o de la imagen, como en En el aire, donde un pájaro de madera en vuelo circunstancial, puede ser visto planeando hacia el oeste de la página o en una picada abismal hacia el sur-oeste, hacia un agua quieta donde ha vislumbrado un pez de plata.
Perseverancia, un simbólico retrato de Hokusai permanecerá vibrando en nosotros aún cuando no recordemos: [...] a la edad de cinco años tenía la manía de hacer trazos de las cosas. A la edad de 50 había producido un gran número de dibujos, con todo, ninguno tenía un verdadero mérito hasta la edad de 70 años. A los 73 finalmente aprendí algo sobre la verdadera forma de las cosas, pájaros, animales, insectos, peces, las hierbas o los árboles. Por lo tanto a la edad de 80 años habré hecho un cierto progreso, a los 90 habré penetrado más en la esencia del arte. A los 100 habré llegado finalmente a un nivel excepcional y a los 110, cada punto y cada línea de mis dibujos, poseerán vida propia [...] Katsushika Hokusai, 北斎 iii (Pintor y grabador japonés 1760-1849).
Paisaje, es también una ola de Hokusai, un instante detenido en la rotonda del río, en la ribera de Quilmes, donde ella siempre se verá, aunque no esté, porque la imagen así alumbrada, la luz, los trazos, como huellas, conducen a perdidos paraísos donde ella estuvo.

Debo terminar, me digo, debo pasar al libro de Claudio Mangifesta, pero no puedo abandonar el de Hilda Paz sin mencionar Fugacidades, un poema que podría ser una poética, un arte poética sobre su trabajo en todos los géneros: grabado, pintura, arte correo, poesía visual, libros de artista y cualquier otro receptáculo de una sensibilidad puesta al servicio de un eventual, sorprendido, visitante. En Fugacidades unos pomos de óleo aparecen en una imagen sobre expuesta. Velados, mordidos por la luz, se perciben aún el brillo del estaño y el azul celeste de las etiquetas. Hay un tul, un film, un tratamiento, entre la dureza de las formas y nuestra mirada. Sobre esa veladura, la palabra niebla, en tipografía recta e impresa con tacos que corren la tinta (vuelven  imprecisa la palabra, ablandan y endulzan la escritura) nos advierte sobre la distancia entre la obra de arte y la otra gran “usuaria” de imágenes en su versión utilitaria, como repitiendo las palabras de John Berger en Hacia una pequeña teoría de lo visible:  La mitología del sistema actual convierte las apariencias en refracciones, como si fueran espejismos, pero no son refracciones de la luz, sino del apetito, de un único apetito, el apetito de más. La poesía visual es una apariencia, una apariencia de lo real, en su costado menos frecuentado, allí donde efectivamente es la luz la que se refracta de una extraña manera y crea, primero en el artista, luego en el medio, finalmente en nosotros, la obra de arte.


Claudio Mangifesta comienza su parte del todo desde la nada, el vacío, en un Homenaje a Gomringer (Eugen Gomringer), poeta suizo nacido en Bolivia y residente en Alemania, uno de los fundadores de la poesía concreta, aludido también en Identidad. Claudio trabaja sobre la disposición con la que Gomringer construyó Silencio, uno de sus poemas, pero el espacio central, el

blanco en Silencio, tan       perfectamente coherente con el título y la constelación (utilizando la terminología de Gomringer) poemática, es aquí reemplazado, por el vacío, en una demostración de trabajo sobre la superficie donde las palabras tiemblan y permutan sus funciones semánticas y sonoras con las ópticas. La hoja aparece troquelada, vaciado el espacio central y rodeado el hueco por la palabra vacío que se repite, suena y luce distinta, abismada así en su significado. Pero un detalle, por ese vacío retrocede el Horizonte,
un pájaro vuela sobre el mar de su segundo poema. Vemos un poema por detrás del otro. Y yo veo aquí en este ver a través a de, un segundo homenaje, esta vez a Edgardo Antonio Vigo y a su poema visual La cuadratura del universo:
                                                                                                                                                                                                           iv

Espera es un hermoso trabajo, de resolución muy efectiva, y de una simpleza que apabulla, donde se aprovecha la curvatura de la notación & para aludir a la maternidad. Como Oído, otro poema donde la diferente disposición espacial de las letras configura sentidos disímiles y estalla la grafía para mostrar como lo visual puede realmente jugar con la palabra hasta cambiarle el sentido y construir, entre las dos escrituras un pequeño relato.
El espejo del mundo y Poderes nos trasladan sentidos claros, unívocos, jugando visualmente con siglas y billetes. En ellos la crítica es explícita y nos demuestra con cuanta sencillez se puede construir cierta saludable ferocidad, como en el poema de Hilda, Lo constante.   
Franja es un poema que nos traslada a una de las zonas más castigadas del planeta, la Franja de Gaza. Una cartografía simbólica muestra la verdadera y dramática geografía que dibuja el siglo XXI, marcada también por el reflejo amarillista con que los medios tratan la cuestión. Grandes titulares para los hechos de sangre “Miré atrás mientras corría y vi a mis tres hijos muertos” mientras un minúsculo suelto nos informa de que EE.UU. ha vetado el cese de hostilidades. 
Rebús nos asalta desde la página en blanco, la letra grande, la imagen del ave, el título como clave para descifrar el poema.
Object trouvé, el ready-made en Marcel Duchamp, es un exacto lazo entre el creador y su público, algo que les sucede a ambos al mismo tiempo y cuyo sentido nace de la ironía y la agilidad mental. Un juego que desacraliza el arte y lo propone como objeto encontrado, como algo que iguala la capacidad del artista y la del espectador. Si descubrimos el gesto tras los códigos habremos completado la cadena y algo de nosotros habrá nacido al arte y a la creación. Sobre un papel con el grabado del escudo municipal se advierte que ·”el sistema no funciona. Disculpe las molestias”. Así cierra su parte Claudio Mangifesta, como una sátira sobre su propio trabajo, algo que falla, que no satisface, que despierta la sonrisa en el lector satisfecho y agradecido por lo que ha visto. Pero  pongamos                                     la ironía v
al margen, como lo hemos hecho, y pensemos que tal vez, realmente, el sistema no funcione, no se sienta capaz de revisar sus modos de comunicación como lo hace Mangifesta en este libro, buscando la forma que finalmente nos construya como partícipes del sistema, como él lo ha hecho con sus trabajos, logrando que lector y poema se resuelvan en un único Poema ecuación.


Para no irme a dormir sin decirlo: un bello libro, unos de los pocos libros de Poesía Visual que existen en nuestro país, algo para mirar, para entender. Con dos artistas que provienen de mundos distintos y juntos se separan, se definen por su obra.

Claudio L. Pérez

Hilda Paz: Nace en BS. As. Estudió en la Escuela de Bellas Artes “CARLOS  MOREL” de Quilmes, 

Es invitada a participar en The 20 Festival Impact Art. en  ARTE Experimental en el Museo de Kioto, Japón. / Libros de artista La Librería 1/1 Capital 2005 / Diversity Dudley library- Cambridge USA 2005 / Libros de artistas La palabra y la imagen.Librería Tikkun Italia / Estampa 2001 Pabellon XI Stand 17 Madrid España
III International Artists Book Exhibition Budapest / El libro de Artista  Castel San Ángelo  Italia. / Libros de Artistas Internacionales Homenaje a ULISES CARRIÖN, Universidad de México  / Exposición internacional Homenaje a Joan Brossa. Huelva- España  / Libros de Artista con poemas visuales en Archimboldo / La poesía visual en Latinoamérica Centro cultural Recoleta Vortice Argentina / Poesía Visual Hoy Vortice Argentina
Fue decisivo en su formación el contacto  e intercambio tanto artístico como epistolar con Edgardo Vigo
Al comienzo dirigió y editó junto a Graciela Gutiérrez Marx  el periódico Hoja Hoje Hoy de arte correo y poesía visual del que se editaron 5 números con obras originales y xilografías. Participa en distintos eventos y revistas dedicadas al tema. Co dirigió durante 5 años la revista de poesía visual Dos de oro, para el Centro de Arte Moderno de Quilmes con Juan C Romero. Dirige y edita actualmente junto a Juan Carlos Romero la revista de poesía visual experimental La Tzara. Publicó un libro de tirada artesanal de poesía visual   “Tiemblen Sueños” de 100 ejemplares. Poesía visual argentina  editado por Vórtice. Antología de treinta y cinco poetas 2006. Antología de poesía visual Gramma Visual 2007. Asociación cultural Myrtos España
Papers del LLavi Revista 2007. Big  Ode Revista de Poesía visual- Portugal  2007/08/09/10. Revista de poesía visual La Hoja 2007 Chajari Argentina. Aura  revista de poesía visual argentina 2008. Revista En sentido figurado. Contenedor 3 México Poseía Visual. Participa en Boek en la web de la poesía visual
Poesía visual del Bicentenario Arcimboldo GAL. 2010. Psicotrex  arte y Trastorno mental España. Homenaje a Nel Amaro España. Use a Book Ilde Festival Book Barcelona. 15 M Poesía Visual España. Grisú Poesía visual 2011 España. Feria de Libro Hurlimgam 2011. Libertad a Ai Wei Wei Portugal 2011

Dirección actual: Ramella 72 ex 40, Bernal 1876 CSB, Buenos Aires, Argentina
pazhilda@gmail.com

Claudio Omar Mangifesta: Psicólogo. Egresado de la Universidad Nacional de La Plata.
Psicoanalista. Formado en la Escuela Freudiana de Buenos Aires.
Escritor. Ha publicado los siguientes libros:
"Creatividad y Psicoanálisis" (ensayos), "La Mirada en el Umbral" (ensayos), "La Ventana Infinita" (nouvelle), "El Trazo Incesante" (ensayos),  "Los Tatuajes Invisibles" (ensayos), "La Letra en Juego" (ensayos).
Recientemente ha publicado su último libro: “Poemas Visuales” (en coautoría con Hilda Paz).
Ha desarrollado actividades de Investigación en Creatividad (F.A.D.U.)- U.B.A. y coordinado Talleres de Creatividad en distintos lugares del país. Se ha desempeñado como Profesor Adjunto en la Carrera de Psicología  en la Universidad Abierta Interamericana. Actualmente es docente de "Clínica Psicoanalítica con Adultos" en la Escuela de Especialización y Postgrado del Colegio de Psicólogos de la Provincia de Buenos Aires -Distrito XII- (Quilmes, Avellaneda, Berazategui, Varela). También es Profesor desde hace varios años en la Escuela de Bellas Artes "Carlos Morel" de Quilmes. Como Poeta Visual ha sido incluido en el libro: "Poesía Visual Argentina". Colaborador permanente de la revista de poesía visual y experimental: “La Tzara”. Ha expuesto en exposiciones colectivas en Centro Cultural Recoleta, Federación Gráfica Bonaerense, Sala Vórtice, en el Museo Municipal "V. Roverano" de Quilmes, Museo de arte de F. Varela, Bienal de arte joven de Mar del Plata, etc., y recientemente, en  muestra individual en Zonadearte. 
Ha dictado además, seminarios en distintas instituciones públicas y privadas; participado activamente en Congresos de la especialidad, y colaborado con distintos medios periodísticos.
También ha recibido varios premios y distinciones, entre ellos: Kilmes de Honor 95 (mención especial rubro: Creatividad); Premio Candil (1998); Premio "Clamor Brzeska" 2007 (artista revelación en Poesía Visual).  
i.- Homenaje a Joan Brossa
ii.- Homenaje a Julio Paz
iii.- Homenaje a Hilda Paz (Le gsutan los ideogramas)
iv.- Homenaje a Edgardo Vigo
v.- Ready made para Claudio Mangifesta 


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